Esta entrada al blog es como volver a estrenarlo, ya que son casi dos años los que llevo sin actualizarlo. Muchas bajas familiares me han quitado el humor y las ganas de escribir, a veces, necesitamos recogimiento para superar las penas y tomar fuerzas para volver a reemprender actividades y caminos abandonados. Os traigo un bizcocho sencillo y resultón, que igual sirve para una merienda como para rellenar y cubrir. Así, tal cual, se puede adornar con una glasa saborizada o con una crema de chocolate, incluso bañar con almibar de naranja. También se puede hacer con molde redondo de 20 ctms para hacer un pastel relleno y cubierto con crema, merengue o fondant.
Ingredientes:
- 4 huevos M
- 200 gr de harina normal
- 180 gr de azúcar (100 gr y 80 gr separados)
- 50 gr de mantequilla fundida
- 100 ml de zumo de naranja
- ralladura de piel de una naranja
- 7 gr de impulsor (levadura química)
- 50 gramos de chocolate negro rallado
- 1 pizca de sal
- 5 ml esencia de vainilla (opcional)
Todo a temperatura ambiente.
Elaboración:
Precalentar el horno a 150/160 grados.
Separamos las yemas y las claras de los huevos.
Montamos las claras con la pizca de sal y 100 gr de azúcar. Reservamos.
Blanqueamos las yemas con 80 gr de azúcar.
Añadimos a las yemas poco a poco la mantequilla fundida hasta que esté integrada.
Seguimos añadiendo el zumo de naranja hasta conseguir una crema uniforme.
Podemos seguidamente añadir la vainilla, si queremos ponerla
Agregamos poco a poco la harina tamizada junto a la levadura hasta que veamos que no quedan grumos de la misma.
Añadimos la piel de naranja rallada hasta que esté bien incorporada a la mezcla.
Incorporamos una cucharada del merengue de claras para igualar texturas.
Volcamos la mezcla sobre el merengue restante y con una espátula mezclamos bien con movimientos envolventes.
Quedará una crema con aspecto de mousse.
Incorporamos el chocolate rallado suavemente.
Encamisamos el molde, untando las paredes con mantequilla y espolvoreando harina sobre ellas.
Si lo hacemos en molde desmoldable redondo es interesante cubrir el fondo y las paredes con papel de hornear y que el papel sobresalga algo en altura, nos quedará más plano por encima (sin pancita).
El molde no debe de rellenarse más de 3/4 partes, ya que el bizcocho sube bastante.
Horneamos a media altura con calor abajo 45 minutos.
El proceso de horneado dependerá de cada horno, aquí os explico cómo lo he hecho yo.
Sabremos que está bien cocido cuando se separen los laterales del bizcocho del molde o por el método de pinchar con un palillo de madera.
Retiramos el bizcocho del horno y con cuidado de no quemarnos dejamos caer el bizcocho desde una altura de medio metro sobre la mesa o el marmol para que salga de golpe el aire y no se baje nada, nada. ( En este caso, al no tener una base plana el molde, poner un trapo sobre la mesa para que no se resbale o incline el molde).Ésta técnica solo va bien con los bizcochos esponjosos, con otro tipo de bizcocho correríamos el riesgo de que se quebraran.
El resultado es esponjoso y delicioso de sabor.